Tomo tiempo en medio de lo que esté sintiendo hoy para respirar conscientemente. Cada aliento emana de la Fuente y me vincula con lo divino en mí. Bien sea que experimente algo negativo o positivo, estar consciente de mi respiración hace la diferencia. Respiro conscientemente al centrar mi atención en cada aliento. Siento cómo el aire entra por mi nariz, llevando su proceso de limpieza a través de todo mi cuerpo. Tomo conciencia de la liberación que se lleva a cabo al exhalar. Al respirar conscientemente hoy, inhalo gratitud y posibilidad. Me conecto con la Fuente con cada aliento, y siento una grata liberación cuando dejo ir el aire. Las tareas aparentemente mundanas adquieren una nueva vibración, y la cualidad y textura de mi día se transforman.
Texto devocional: DEVOCIONAL: El espíritu de Dios me ha creado; el soplo del Todopoderoso me dio vida.—Job 33:4
