Cuando miro una imagen a través de una cámara o unos binoculares, puede que necesite ajustar el lente para un mejor enfoque. Ese ligero ajuste o cambio, me ayuda a tener una imagen más clara del objeto. Esto también es cierto en mi vida. Cuando pienso en las experiencias que enfrento, las soluciones o resultados puede que no estén inmediatamente claros para mí. Mas un ajuste sencillo cambia mi enfoque de la duda o confusión a una plena confianza en Dios. La imagen se hace más clara. Tengo una mejor comprensión de lo que necesito hacer y la seguridad de que todo está bien. Con mi enfoque claramente en Dios, tomo mayor conciencia del orden divino que siempre obra en mi vida.
Texto devocional: Dirige la mirada hacia adelante; fíjate en lo que tienes delante de tus ojos.—Proverbios 4:25