Cuando dude si el orden divino está funcionando, sólo necesito observar la naturaleza. Recuerdo el cambio de las estaciones, la salida del sol después de la oscuridad de la noche y la transformación de las semillas en flores y plantas. La naturaleza sigue un patrón de orden y mi vida también. Al afirmar: Un orden más elevado se desenvuelve en mi vida, un sentimiento de paz me llena. A medida que mis pensamientos se alinean con la Mente divina, tengo ideas que me apoyan para crear mi mayor bien. Como un girasol, me dirijo a la luz de Dios que me sostiene. El resplandor divino me sustenta. Expreso más plenamente mis cualidades espirituales. Celebro el orden divino en mi vida.
Texto devocional: Y es que la tierra da fruto por sí misma: primero sale una hierba, luego la espiga, y después el grano se llena en la espiga.—Marcos 4:28