Usamos cookies propias y de terceros que entre otras cosas recogen datos sobre sus hábitos de navegación para mostrarle publicidad personalizada y realizar análisis de uso de nuestro sitio.
Si continúa navegando consideramos que acepta su uso. OK Más información | Y más

viernes, 27 de abril de 2018

Yo soy renovado en mente, cuerpo y espíritu por el poder sanador de Dios en mí.

Cuando Myrtle Fillmore se dio cuenta de que como hija perfecta de Dios era imposible que “heredara” enfermedad, su modo de pensar fue transformado. Sin embargo, la completa expresión física de la sanación de su cuerpo no sucedió de una vez —requirió un proceso de renovación.
Por medio de la oración y la meditación, ella se alineó con la Verdad que había descubierto, afirmándola para sí. Myrtle comprendió que el poder de curación de Dios se expresaba como un proceso constante de renovación.
Yo también reconozco esta verdad para mí. Si estoy alineado con mi Espíritu interno, sé que cualquier curación —en cualquier forma que tome— es posible. Confío en el proceso de renovación que obra en mí constantemente.

Texto devocional:
Entonces Jesús le dijo: “Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz”.—Lucas 8:48


INDICE DE PUBLICACIONES