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lunes, 11 de junio de 2018

MI LUZ INTERNA ME MANTIENE EN LA DIRECCIÓN CORRECTA.


Cuando viajo de noche por un camino iluminado, es fácil ver por donde voy. Si no hubiera luz, tendría que aminorar el paso para no tropezar con un obstáculo. Mi vida es un viaje y, aunque puede que no sepa lo que está ante mí, sé que mi luz interna ilumina el camino. Cuando necesito claridad en el sendero que elija, acudo a mi luz divina interna y le permito resplandecer en mí y por medio de mí.
Mi práctica regular de oración me mantiene alineado con mi luz interna. Si no estoy seguro del próximo paso, tomo tiempo para la reflexión silenciosa, permanezco atento a la sabiduría divina. El silbo apacible y delicado me recuerda que yo soy una expresión de la luz divina. Yo soy dirigido a mi bien a medida que sigo mi guía interna. Viajo por la vida un paso a la vez.

Texto devocional:
Ustedes son la luz del mundo.—Mateo 5:14


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