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martes, 9 de octubre de 2018

Permito que la paz comience conmigo.

 Todo lo que hago durante el día sienta las bases para la paz. Ésta es la respuesta a la pregunta: ¿Cómo puede lo que yo digo o hago influir en las vidas de otros? Cuando percibo que me han ofendido y elijo tomar el camino alto, fomento la armonía. Cuando me abstengo de decir palabras rudas coloco otro escalón en el camino hacia la paz.

 Cada pensamiento, palabra y acción pavimenta el camino y contribuye a la salud del mundo. Al pensar en la paz y sentirla, soy paz. Al expresar comprensión, abro el camino para que otros sientan amor en sus vidas. Una persona a la vez, una acción a la vez, contribuimos a un mundo donde la confraternidad es la norma y la paz es su fundamento. Permito que la paz comience conmigo.


Texto devocional:
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.—Mateo 5:9


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