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miércoles, 14 de noviembre de 2018

Dejo ir el temor y centro mi atención en el amor.

La presencia de Dios está por doquier. Por tal motivo, todo lo que sucede en mi vida ocurre dentro del orden divino. Dejo ir la preocupación y el temor porque confío en lo Divino en mi interior. Si siento miedo, puede que no tenga mi atención centrada en Dios. Al dejar ir el estrés y la tensión, y confiar en Dios, disfruto más de la vida.
Dejo ir pensamientos negativos y temerosos y lleno ese vacío con pensamientos de Dios. Utilizo afirmaciones que me ayuden a mantener mi mente en la fe. Al liberarme del estrés y de la ansiedad disfruto de un estado de paz. Mi cuerpo descansa, y sé y confío en que todo está bien. Partiendo de este lugar de calma, respond a la vida con facilidad y gracia.

Texto devocional:
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida … nos podrá separar del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús.—Romanos 8:38-39


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