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miércoles, 28 de noviembre de 2018

Respiro y siento mi unidad con Dios y con la vida.

 El respirar es un proceso automático; sin embargo, la respiración consciente —prestar atención y mantener la intención de centrar mi mente— me permite enfocar mi energía. Tomo aire a medida que cuento hasta tres en silencio. Hago una pausa, contando uno, y boto el aire contando hasta tres.

 Repito esto varias veces. Hacerlo me ayuda a apartarme de lo atareado del día. La respiración y la energía están entretejidas, y la respiración consciente me ayuda a descansar y darme cuenta de la magnificencia de la vida. ¡Respiro, mi corazón late y estoy vivo!

 El enfocar mi atención en la respiración me ofrece claridad, y durante ese tiempo valioso, ninguna otra cosa importa. Respiro y siento mi unidad con Dios y con la vida.


Texto devocional:
El espíritu de Dios me ha creado; el soplo del Todopoderoso me dio vida.—Job 33:4


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