Hay experiencias en la vida que satisfacen mi alma y que me guían por caminos de descubrimiento —experiencias que enaltecen mi mente, cuerpo y espíritu. Al permanecer consciente de la presencia del Espíritu en mí, sé que yo soy un ser espiritual vinculado a la Fuente de todo poder, todo bien, todo amor, y más. Mi conciencia despierta a la totalidad de mi ser, y vivo partiendo de mi vínculo espiritual tanto en asuntos cotidianos como en los críticos. Es una experiencia total y sagrada que me llena de poder y me vivifica para pensar y hacer lo mejor. Mi experiencia de ser uno con la sabiduría infinita deja más que una impresión en mí. Esta sensación sagrada me inspira a vivir plenamente desde mi identidad divina.
Texto devocional: Jesús volvió del Jordán lleno del Espíritu Santo, y fue llevado por el Espíritu al desierto.—Lucas 4:1