Algunos días me siento absolutamente alineado con mi camino divino, mientras que otros encuentro difícil ver el camino ante mí. Hay momentos en los que tengo todas las respuestas y resplandezco con confianza; sin embargo, hay otros que me hacen sentir duda. Yo soy una expresión única y perfecta de lo Divino y también soy humano. He sido creado a la imagen y semejanza de mi Fuente y, debido a ello, siempre soy más que las experiencias que mis sentidos perciben. Más allá de lo que puedo ver y sentir está la Verdad subyacente que obra eternamente fuera de las apariencias. Si me siento abatido, siempre puedo hacer una pausa para estar consciente de mi luz crística interna y descansar en la seguridad de que soy parte de la totalidad de Dios. ¡Yo soy humano y divino!
Texto devocional: Y Dios creó al hombre a su imagen.—Génesis 1:27