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viernes, 20 de abril de 2018

Yo soy una expresión auténtica y divina.

Mi certificado de autenticidad espiritual fue verificado en el momento en que nací. No existe nada que necesite hacer para ganarme la aprobación o la gracia divina. Dios es el creador de todo, la fuente misma de mi ser. Al permitir que mi naturaleza auténtica resplandezca, actúo como la luz de Dios en este mundo. Contemplo y avivo mi naturaleza verdadera mediante la meditación.
Tratar de cumplir las expectativas de otros puede hacerme sentir como si disminuyera mi luz, de manera que pienso, hablo y actúo partiendo de mi verdad. Permito que mi luz resplandezca. Afirmo que mis habilidades y dones innatos me llevan a cumplir mi propósito y a servir a los demás. Yo soy una expresión auténtica y divina.

Texto devocional:
Entonces dijo Dios: “¡Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza!”—Génesis 1:26


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