Existe el axioma de que se necesitan más músculos faciales para fruncir el ceño que para sonreír. Bien sea que esta frase sea cierta o no, me recuerda los beneficios de ser positivo. Puedo ser optimista al enfocar mi atención en las bendiciones en lugar de las adversidades y mantener un corazón agradecido. Siempre puedo elegir concentrarme en lo que tengo en vez de en lo que no tengo. Doy gracias por mis familiares y amigos, y la manera cómo enriquecen mi vida. Siento gratitud por la belleza de la naturaleza y por la promesa de un nuevo día. Soy bendecido por mi cuerpo y sus funciones asombrosas. Al mantener un enfoque jovial en mi vida, soy optimista y tengo confianza. Vivo cada día con una perspectiva positiva y un corazón agradecido.
Texto devocional: Siempre tengo presente tu misericordia, y jamás me aparto de tu verdad.—Salmo 26:3
