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jueves, 10 de mayo de 2018

La paz es la naturaleza de mi ser.

Si alguna vez siento ansiedad, me dirijo a mi corazón con palabras amorosas y el estrés de la vida desaparece. Al bendecir mi cuerpo, todo mi ser —cuerpo, mente y espíritu— entra en un estado de sosiego y comodidad. Cuando reconozco y aprecio el milagro que soy, la paz me inunda.
Mis pensamientos se convierten en paz: paz en mí, paz a través de mí. Cuando me dirijo a mi interior y me aquieto, veo que la paz resplandece. No importa el reto que tenga ante mí, recuerdo que la paz nunca está más lejos que una respiración. En el silencio de mi corazón, sé que el amor y la paz son mi esencia, la verdad de mi naturaleza. La paz da calidez a mi corazón y guía mis acciones.

Texto devocional:
Que en el corazón de ustedes gobierne la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos.—Colosenses 3:15


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