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jueves, 23 de agosto de 2018

Digo ¡Sí! a este momento.

Mi vida está llena de experiencias sublimes. Sin embargo, hasta las ocurrencias diarias, las que parecen ser rutinarias, encierran una bendición. Reconozco que las actividades como ocuparse de la casa o pagar las cuentas son importantes y honorables. Permanezco con mi atención centrada en cada momento y doy gracias por los recursos que satisfacen mis necesidades.
Digo ¡Sí! al sol saliente y a las estrellas que llenan el cielo nocturno. Digo ¡Sí! a la risa de un niño y a los recuerdos de mi niñez. Reconozco la belleza y lo sagrado de cada momento. Al enfocar mi atención en el momento presente, mi día fluye de manera ordenada. Las cosas parecen suceder a tiempo y en orden. Y digo ¡Sí! a cada una de ellas.

Texto devocional:
xx


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