Usamos cookies propias y de terceros que entre otras cosas recogen datos sobre sus hábitos de navegación para mostrarle publicidad personalizada y realizar análisis de uso de nuestro sitio.
Si continúa navegando consideramos que acepta su uso. OK Más información | Y más

jueves, 30 de agosto de 2018

El amor puro de Dios armoniza mi vida y mi mundo.

 El amor es una fuerza poderosa para bien. Edifica y armoniza; restaura el orden y la paz en las relaciones personales. Me dedico a ser un embajador de buena voluntad, expresando paz, amor, compasión y comprensión en todas mis actividades.
 En vez de ver escasez, faltas o fallas, percibo que las personas son las expresiones más elevadas de lo divino. Veo a cada ser como realmente es: sagrado. Reconozco el poder del amor divino en todos. Esta práctica llena mi corazón de gozo y paz.
 Mantengo estas palabras en mi corazón: “Yo te amo con amor eterno”. Consciente de que el amor responde a mis oraciones y afirmaciones, digo palabras que armonizan y edifican las relaciones personales, dando gracias porque todos somos parte del amor infinito.

Texto devocional:
Yo te amo con amor eterno.—Jeremías 31:3


INDICE DE PUBLICACIONES