La omnisciencia que es una de las características del Espíritu se expresa en toda la creación como guía amorosa, manteniendo el orden perfecto en todo. Hoy tomo tiempo para permanecer consciente de la guía divina en todo lo que hago. Mi esencia es espiritual. Yo soy uno con la mente divina y recuerdo esta verdad si me siento abrumado o inseguro acerca del próximo paso que he de dar. Mi mente mortal es limitada, se apoya en los temores de ayer para tomar las decisiones de hoy. Yo elijo ir más allá de cualquier limitación percibida a la guía amorosa de la presencia. Confío en la Mente divina en mí. Este día se desenvuelve lleno de satisfacción y gozo; al sentir esa guía amorosa en cada paso que doy, en cada decisión que tomo.
Texto devocional: Tu palabra es una lámpara a mis pies; ¡es la luz que ilumina mi camino!—Salmo 119:105
