Una línea de “Desiderata” por Max Ehrmann, dice: “Bien sea que esté claro para ti o no, sin duda, el universe se desenvuelve como debe”. Esto me recuerda hacer una pausa, respirar y centrar mi mente y corazón. El orden comienza como ideas evolutivas en la Mente divina. Al orar, y a medida que llevo a cabo conscientemente las actividades del día, percibo la inspiración divina. Dejo ir pensamientos limitantes que puedan bloquear mi experiencia de orden divino. Permito que los pensamientos de Dios —el fluir puro de ideas divinas— den forma a mis palabras y guíen mis acciones. Cuando mis pensamientos, palabras y acciones están alineados con el patron perfecto del orden divino, todas las cosas obran para bien.
Texto devocional: Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman—Romanos 8:28