Durante esta temporada del año, en la que deseo compartir con familiares y amigos, lo más importante que debo recordar es que siempre hay suficiente. Sigo mi sabiduría interna al bien que busco. Hablo palabras positivas de fe y verdad. Dejo ir cualquier temor de no tener suficiente. Al dar gracias porque el Espíritu es infinito e ilimitado, me vuelvo receptivo a las ideas prósperas y a maneras que me inspiran a utilizarlas para aumentar mi provisión y bienestar. Doy sin dudar, con la fe de que todo lo que tengo y todo lo que doy se multiplica y regresa a mí abundantemente. Estoy receptivo a mi bien, en cualquier forma que tome o canal por el cual fluya hacia mí.
Texto devocional: Hemos comido y nos hemos saciado, y nos ha sobrado mucho, porque el Señor ha bendecido a su pueblo.—2 Crónicas 31:10