Yo soy un ser espiritual creativo, y la sustancia con la cual creo es el amor divino. Esto incluye los sentimientos afables que pueda sentir a lo largo de mi día. Dichos sentimientos son importantes, mas el amor divino existe más profundamente que cualquier sentimiento; es el centro mismo de mi ser. El monje trapense y autor Thomas Merton describe el amor como “una magnificación de la vida”. Mi vida hoy es profundizada y fortalecida por la intensidad creativa que pongo en cada decisión. Solamente al permitir que la sustancia del amor dé forma a mi día, puedo magnificar mi experiencia de vida y ser una bendición para otros. Yo soy amor divino y mi corazón está abierto a toda oportunidad de compartir ese amor con otros.
Texto devocional: Y sobre todo, revístanse de amor, que es el vínculo perfecto.—Colosenses 3:14