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lunes, 15 de octubre de 2018

Dejo ir el pasado y vivo en el ahora.

 Si me he sentido menospreciado de alguna manera, lo más productivo que puedo hacer es perdonar. ¿Por qué aferrarme a pensamientos, sentimientos o acontecimientos negativos cuando el hacerlo me causa dolor? Si deseo vivir en un espíritu de libertad, entonces tengo que liberarme de la esclavitud del pasado. Deseo vivir plenamente en este momento, así que dejo ir todo lo que me hiera.

 Los ratos callados de oración me alinean con el poder del amor divino en mí. Al aquietar mis pensamientos y centrar mi atención en el poder del amor, mi corazón y mi respiración se sincronizan. Respiro amor. Al permitir que este poder divino guíe mis pensamientos, abro mi mente a una nueva manera de pensar. Si surgen recuerdos dolorosos, no moro en ellos, sino que los dejo ir y permito que se disipen.


Texto devocional:
Levántate, toma tu camilla y anda.—Juan 5:8


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