Cuando tomo en consideración las energías aparentemente negativas en el mundo a mi alrededor, puede que me pregunte cómo mi positividad puede marcar la pauta. Mi amor envuelve la forma física que conforma mi hogar, asegurándome de que está seguro y es cómodo. Con la misma energía espiritual, incluyo a todos los que viven en mi casa y a los que vienen de visita. Si existe otro espacio que considero un espacio sagrado —un santuario en la naturaleza, un centro espiritual o algo más— lo incluyo en mis oraciones. Este espacio también irradia el mismo amor divino que llena mi corazón. Siento agradecimiento por la comodidad y el apoyo que me ofrece a mí y a todos los que entran en él.
Texto devocional: Entonces mi pueblo vivirá en lugares de paz, … en sitios de reposo.—Isaías 32:18