El consuelo es fácil de reconocer, pero puede ser difícil de definir. Ciertamente, puedo tomar cualquier oportunidad para ofrecer solaz a quienes enfrentan un reto en sus vidas. El Consuelo también conlleva un sentimiento general de bienestar que permite que cada día se desenvuelva fácil y apaciblemente. Llevo conmigo este sentimiento a medida que mi día avanza. Cada decisión que tomo producirá uno de dos efectos: si tomo decisiones que van en contra del fluir del Amor Infinito, el cual siempre es la esencia de mi guía, puedo crear tensión. Mas cuando todo lo que digo y hago proviene de mi naturaleza divina, fomento el sosiego y el consuelo. A medida que el día se desarrolla, comparto con los demás mi sentido de bienestar. Mis decisiones ofrecen consuelo a los demás.
Texto devocional: “Consuelen a mi pueblo; ¡consuélenlo!”—Isaías 40:1